Amar y ser amado está entre las experiencias más reconfortantes que pueden tener las personas, además de tener en su relación de pareja intimidad, compañerismo, aceptación, apoyo, entre otros, llegan a existir factores que generan desilusiones, interpretaciones inadecuadas y malestar emocional que impactan en el tipo de comportamiento que se tiene hacia el otro y que empeoran la manera en la que se comunican.

 

Cuando una pareja está comprometida en una relación, cada uno de los integrantes desarrolla ciertas expectativas con respecto al otro y, con el tiempo, el compromiso llega a expresarse de forma explícita (matrimonio) o mediante actos que satisfacen las necesidades; sin embargo, en ocasiones, el comportamiento, las palabras o la manera en la que la pareja se muestra su amor tiende a interpretarse mal. Cuando ocurren los conflictos, las parejas parecieran estar más dispuestas a culparse el uno al otro que pensar en la situación como un problema que puede solucionarse. A medida que los conflictos se presentan, las parejas van perdiendo de vista aquellos aspectos positivos que su pareja les aporta y representa, llegan a dudar de la propia relación y dejan pasar la oportunidad de aclarar el problema y mejorarla.

 

El modelo cognitivo conductual sostiene que, para comprender esta problemática es importante contemplar la influencia que tienen los pensamientos (automáticos) en el desarrollo de las emociones, las respuestas fisiológicas y las conductas. Los pensamientos automáticos constituyen un flujo de pensamiento que surgen de manera espontánea, regularmente pasan desapercibidos, ocasionan perturbación, distorsionan la realidad, usualmente se dan por hecho e impiden que se alcancen sus objetivos (llevarse mejor con la pareja, mejorar la comunicación, controlar las emociones, etc.). La esencia de la terapia de pareja, cognitivo conductual, consiste en investigar las expectativas irreales, las actitudes contraproducentes, las explicaciones injustificadas y las conclusiones ilógicas.

 

Analicemos un ejemplo, Karen, dedicada a la docencia, cuenta haber llegado muy emocionada e impaciente a casa por contarle a su esposo, Hugo, las buenas noticias que acababa de recibir en su trabajo, pero cuando comenzó a contarle el éxito logrado en su carrera, él pareció distante y desinteresado. Ante ese evento Karen pensó: “En verdad no le importo, solo está interesado en él mismo”, estos pensamientos disminuyeron su alegría y, en lugar de celebrar con él, ella se fue a su recámara a realizar otras actividades. Por su parte Hugo, que se sentía algo nostálgico por un contratiempo en su trabajo, se dijo: “solo piensa en ella, tal parece que no mira a su alrededor, no le importo, solo le interesa su carrera y lo que tiene que ver con ella”.

 

Como se puede observar, cada uno de los integrantes de la pareja interpretó la situación a su manera, llegando a conclusiones negativas. Cuando se asume lo que la otra persona piensa o siente, se hace uso de una distorsión cognitiva llamada “lectura de pensamiento”, esta percepción alterada suele detonar enojo y lleva a condenar a la pareja (“lo hace con intensión, es un egoísta”) y, comienzan a aparecer conductas distantes, defensivas o de contraataque hacia la pareja, iniciando el ciclo vicioso que deteriora la relación.

Como se puede notar, resulta seriamente peligroso “leer los pensamientos” de la pareja pues se asume, sin contemplar otras opciones, solo la explicación generada en la mente. La “lectura de pensamiento” puede producir ideas inexactas que producen un malestar innecesario y consecuencias aun mayores.

En el ejemplo anterior, lo que Karen no sabía era que Hugo se sentía nostálgico por su situación laboral y anhelaba contárselo a su pareja. Ella, furiosa por sus interpretaciones, dejó pasar la oportunidad de averiguar lo que ocurría y se fue a su habitación. Hugo, por su parte, contribuyó al incremento de la desconexión de la pareja “generalizando” la situación, es decir, cada vez que Karen llegaba alegre a casa, él volvía a pensar de manera similar y no sintonizaba con su entusiasmo.

Los juicios fuera de las relaciones de pareja, son en su mayor parte moderados y equilibrados pero cuando se está comprometido en una relación íntima parece que la mente se desliza hacia una manera de pensar más primitiva.

Usar algunas estrategias que forman parte de la terapia cognitivo conductual puede contrarrestar la tendencia a formarse juicios injustificados del otro y llegar a conclusiones más precisas y racionales para prevenir el ciclo de la mala comunicación y los problemas.

Pueden ocurrir cambios importantes si las parejas mejoran sus habilidades de comunicación, escuchar con más atención, expresar sus deseos de manera más eficaz y encarar y definir los problemas con mayor colaboración, sobre todo, reconsiderar muchas de sus ideas negativas, arraigadas.

Si estás atravesando por un mal momento con tu pareja y quieren sanar su relación ¡acudan con nosotros!, en IPSI contamos con expertos en terapia de pareja que los guiarán en el desarrollo de estrategias que le permitirán gozar de una relación estable.

Referencias

Beck, A. (2011). Con el amor no basta. Cómo superar malentendidos, resolver conflictos y enfrentarse a los conflictos de pareja. Nueva York: Paidós.

Beck, J. (2006). Terapia cognitiva. Conceptos básicos y profundización. Barcelona: Gedisa editorial