En la consulta recibimos personas que nos comparten aspectos íntimos y complicados de sus vidas, me viene a la mente el ejemplo de uno de ellos “mi madre siempre fue muy dura conmigo, me trató terrible, a veces se burlaba de mi manera de hablar, de vestir, de hacer equis tarea, me decía que tal vez yo era quien estaba mal en las situaciones que me lastimaban y yo notaba que eso no sucedía con mis hermanos”, con el paso del tiempo finalmente me pidió ayuda porque no sabía cómo comportarse con su mamá, o si de plano mejor ya cortar la relación. Nos pusimos un trabajo: encontrar qué era hoy lo que le lastimaba, al final lo que me describía había pasado hace años y él veía claramente que eso había cambiado. “Yo la veo ahora y ya está grande, a veces necesita ayuda para caminar, ya no me habla como antes pero aún así a veces me noto pensando que no quiero hablar con ella o verla y me siento mal por eso porque ella ya empieza a necesitar de nosotros y como hijos no podemos darle la espalda, yo no debería pensar estas cosas, debería superarlo y ayudarle”.

Si actualmente estoy atravesando por un problema de insomnio, es muy recomendable evitar las siestas a lo largo del día. Sabemos que el agotamiento puede ser muy intenso, pero si evitamos la siesta, aumentan nuestras probabilidades de lograr dormir en la noche por el cansancio acumulado del día.

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Encontramos la respuesta, lo que hoy era complicado para él era olvidar todo aquello que su mamá le había dicho y cómo le había tratado, eso vivía en el presente y le hacía sentir mucho rencor hacia ella, le parecía inaudito que siendo su madre no le haya dado el trato que se debe obtener de alguien que nos trajo al mundo. Le propuse trabajar en el perdón, un gran instrumento que puede abonar positivamente a nuestra salud mental. Al principio no le encantó la idea “¿cómo puede alguien perdonar cosas como las que te he contado? Hoy no puedo dejarlas atrás, ese es el punto, ella era mala conmigo y nunca le importó qué impacto tendría eso en mi vida”. Le expliqué lo siguiente: el rencor, el odio o el enojo son como un anzuelo, uno se queda atrapado sintiendo esas emociones que son poco convenientes y saludables, no alcanzamos a ver que estas mismas nos enganchan más y más a nuestro propio sufrimiento. Otra cosa es que él estaba firmemente convencido de que esto cambiaría con el tiempo, pero el tiempo no lo es todo, también habrá que estar abierto a adoptar voluntariamente una actitud de perdón.

¿Por quién lo haces?

Bueno, y a todo esto ¿a qué nos referimos con el perdón? es un proceso deliberado en el que la persona decide con completa consciencia cambiar la interpretación original sobre la conducta que le ha ofendido. Esta reinterpretación implica abandonar la explicación moral, es decir, la percepción que tengo de lo que es bueno y lo que es malo. Hay que esforzarse en encontrar una explicación realista que no tenga nada que ver con el qué tan incorrecta fue la conducta del otro. La creencia importante en este proceso es: sí hay acciones malas pero no hay personas malas. La nueva explicación no me servirá si yo pienso “ah, claro, la razón de que mi mamá me tratara así es la Cruella de Vil que vive dentro de ella desde siempre”. Si nos hacemos el propósito nos daríamos cuenta de que hay muchas razones para su comportamiento, como dónde creció, cómo fue su crianza, la biología, sus relaciones sociales fuera de casa, etc. El perdón tiene un objetivo que es saludablemente egoísta: dejar de vivir en el pasado, dejar de sufrir y conseguir estar en paz, una explicación poco realista no me ayudará a llegar a esa meta.

 

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Si le abro la puerta al proceso pasarán cosas interesantes: mejorará mi salud física ya que las emociones intensas están asociadas a diferentes problemas de salud. Notaré una mejora en mi salud mental, el rencor que se sostiene causa daño, me hace sufrir constantemente. Puede mejorar mis relaciones, tal vez no necesariamente con la persona que cometió la ofensa pero sí con seres cercanos que me importan pero se han alejado a causa de que yo me la paso experimentando emociones complicadas. Este proceso también me ayudará a mirar al futuro pero también gozar del presente, los planes futuros que me acercan a aquello que me importa los he ignorado, al igual que las cosas que sí están lindas, que sí valen la pena en este momento.

 

Después de mucho esfuerzo el paciente decidió perdonar a su madre, esto no significó una reconciliación “Disney” o que estaba feliz todo el tiempo pero sí fue un cambio positivo en su vida en el que también dejó atrás la culpa que sentía por no poder perdonarla en el pasado. Decidió creer la siguiente explicación realista: Ella no tenía otra opción más que comportarse así conmigo porque a ella la trataron igual, no tuvo a nadie que le enseñara a ser diferente como mamá, pero no lo hizo por maldad, creo que genuinamente no sabía qué trato darme, entiendo que es humana. Tomó decisiones de comportamientos que eran realmente importantes para él. Al final ese es nuestro trabajo, ayudar a nuestros pacientes a recuperar su bienestar, acércate a IPSI, podemos ayudarte con este proceso.

Mtra. Violeta Laiza

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